Reseña: La casa de las bellas durmientes, de Yasunari Kawabata
«La casa de las bellas durmientes sobresale en la obra de Yasunari Kawabata por su perfección formal. Comienza con la visita del viejo Eguchi a una casa secreta gobernada por una mujer ordinaria y práctica que, al final, como él mismo, revelará su esencia inhumana. En ese burdel, el protagonista, de sesenta y siete años, pasa varias noches junto a los cuerpos de jóvenes vírgenes narcotizadas. A la vez que admira el esplendor de las figuras dormidas, rememora su relación con las mujeres: su esposa, su madre, su amante, sus hijas... Erotismo, lujuria masculina, vejez y violencia se entretejen en esta fulgurante novela breve que amalgama, como es típico en la obra del Premio Nobel de Literatura, motivos tradicionales de la estética japonesa con temas modernos en ambientes casi irreales. Magnífica pero profundamente perturbadora, La casa de las bellas durmientes es una escalofriante meditación sobre la sexualidad y la muerte.»
Yasunari Kawabata nació en Osaka, en 1899. Quedó huérfano a los tres años. Su temprana pasión literaria lo llevó a participar en grupos de vanguarda como el neosensacionista, que oponía el lirismo y el impresionismo al realismo social. Fue un activo impulsor de movimientos y revistas. En 1959 le otorgaron la medalla de Goethe, y obtuvo el premio Nobel de Literatura en 1968 por su "pericia narrativa, capaz de expresar la idiosincrasia japonesa con enorme sensibilidad". Se suicidó a los 72 años. Fue sobre todo un refinado transmisor de atmósferas y emociones, que plasmó con un lenguaje de singular belleza lírica. En sus temas intimistas explora la soledad y las relaciones del individuo con los otros y con la naturaleza.
En este libro, la trama, aunque bella y turbadora, no es ni de lejos lo más importante. Lo que más destaca es la perfección de la forma. La prosa de Kawabata es, sin duda, muy dulce, muy suave y muy erótica. Es delicioso leer su narración poética y sus descripciones cuidadas y sedosas, que llegan a dar cuenta de todo detalle.
Es uno de los libros más íntimos que he leído. Sientes encontrarte allí mismo, en aquellas habitaciones de terciopelo rojo y en penumbra, con la única compañía de la joven virgen que haya tocado esa noche. Sientes en tu propia piel la vergüenza y la culpabilidad, el erotismo y la morbosidad, la soledad. Es una historia tierna y terrible, cargada de simbolismo.
Es una novela de contraposiciones: se opone la juventud a la vejez, la muerte a la vida, la soledad al amor. La dulce prosa se contrapone a las amargas reflexiones del protagonista sobre su proximidad a la muerte y sobre su soledad. Mario Vargas Llosa comentó sobre la novela que «el lector de nuestra lengua debe bucear en las densas aguas de esta ficción con el ánimo preparado para vivir una experiencia extraordinaria: la de una fábula extraña y seductora que documenta como pocas esa región profunda donde los deseos sexuales y las pulsiones de destrucción y de muerte se confunden»
Antes de leer el libro, me apartaba un poco el concepto de las jóvenes vírgenes. Pero realmente las jóvenes son vírgenes para remarcar su juventud, que es lo que le interesa al autor. Aunque por supuesto, en un escritor del Japón del siglo XX nos vamos a encontrar una idealización de la virginidad e infantilización de la mujer; pero en esta novela tiene su razón de ser. De todas formas, el machismo lleva presente en la literatura desde tiempos lejanos y no por ello ha dejado de ver obras maestras (aunque tampoco hay que dejar de criticarlo, sobre todo en las novelas contemporáneas). A mí, por mi parte, esta novela me ha dejado ganas de leer más obras de Yasunari Kawabata.
Yasunari Kawabata nació en Osaka, en 1899. Quedó huérfano a los tres años. Su temprana pasión literaria lo llevó a participar en grupos de vanguarda como el neosensacionista, que oponía el lirismo y el impresionismo al realismo social. Fue un activo impulsor de movimientos y revistas. En 1959 le otorgaron la medalla de Goethe, y obtuvo el premio Nobel de Literatura en 1968 por su "pericia narrativa, capaz de expresar la idiosincrasia japonesa con enorme sensibilidad". Se suicidó a los 72 años. Fue sobre todo un refinado transmisor de atmósferas y emociones, que plasmó con un lenguaje de singular belleza lírica. En sus temas intimistas explora la soledad y las relaciones del individuo con los otros y con la naturaleza.
En este libro, la trama, aunque bella y turbadora, no es ni de lejos lo más importante. Lo que más destaca es la perfección de la forma. La prosa de Kawabata es, sin duda, muy dulce, muy suave y muy erótica. Es delicioso leer su narración poética y sus descripciones cuidadas y sedosas, que llegan a dar cuenta de todo detalle.
Es uno de los libros más íntimos que he leído. Sientes encontrarte allí mismo, en aquellas habitaciones de terciopelo rojo y en penumbra, con la única compañía de la joven virgen que haya tocado esa noche. Sientes en tu propia piel la vergüenza y la culpabilidad, el erotismo y la morbosidad, la soledad. Es una historia tierna y terrible, cargada de simbolismo.
Es una novela de contraposiciones: se opone la juventud a la vejez, la muerte a la vida, la soledad al amor. La dulce prosa se contrapone a las amargas reflexiones del protagonista sobre su proximidad a la muerte y sobre su soledad. Mario Vargas Llosa comentó sobre la novela que «el lector de nuestra lengua debe bucear en las densas aguas de esta ficción con el ánimo preparado para vivir una experiencia extraordinaria: la de una fábula extraña y seductora que documenta como pocas esa región profunda donde los deseos sexuales y las pulsiones de destrucción y de muerte se confunden»
Antes de leer el libro, me apartaba un poco el concepto de las jóvenes vírgenes. Pero realmente las jóvenes son vírgenes para remarcar su juventud, que es lo que le interesa al autor. Aunque por supuesto, en un escritor del Japón del siglo XX nos vamos a encontrar una idealización de la virginidad e infantilización de la mujer; pero en esta novela tiene su razón de ser. De todas formas, el machismo lleva presente en la literatura desde tiempos lejanos y no por ello ha dejado de ver obras maestras (aunque tampoco hay que dejar de criticarlo, sobre todo en las novelas contemporáneas). A mí, por mi parte, esta novela me ha dejado ganas de leer más obras de Yasunari Kawabata.
¡Hola! Me gustaría empezar a leer a este autor y no sé qué libro elegiré primero . Me deja tranquila que su forma de escribir se sobreponga a la trama, que si una lee rápido la sinopsis la prejuzga. Lo anoto para tenerlo en cuenta. Besos.
ResponderEliminarA mí me recomendaron empezar por este libro, y la verdad es que no me arrepiento. Es precioso, de verdad, te lo recomiendo. Espero poder leer pronto otras obras suyas.
Eliminar¡Besos!
¡Hola! Justo acabo de adquirir El rumor de la montaña del mismo autor, porque era el que tenía la sinopsis que más me atraía, pero este me dio curiosidad. Me alegro de que te haya gustado y lo que dices de su forma de escribir, ¡tengo muchas ganas de comprobarlo!
ResponderEliminar¡Besos!